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11/11/2024
Mucho y variado se ha escrito sobre la obra y figura del arquitecto paisajista Lawrence Halprin. Seguramente, si ha de prevalecer algún concepto como representativo de su forma de mirar el paisaje este sea el de movimiento. Halprin propone así el movimiento en el paisaje: una coreografía del proyecto paisajista, con una experiencia del lugar cambiante y poliédrica, frente a la forma establecida de entender un proyecto de paisaje, -en la línea academicista beauxarts- con la generalización de una perspectiva axial, un punto de vista estático y fijo, y una vivencia del lugar concreta. Mediante esta estrategia, el movimiento en la obra de Lawrence Halprin, a modo de paraguas, representa su forma de crear lugares. El movimiento presenta una nueva utilización del espacio que realizan los usuarios y su participación desde el mismo proyecto. El dinamismo del propio paisaje genera un proceso ecológico cambiante, pasando por la concatenación de espacios abiertos como un nuevo sistema verde.
Si el movimiento puede apreciarse en muchos de los proyectos de paisaje de Halprin, posiblemente sea en sus actuaciones en Portland donde esta nueva forma de proyectar pueda leerse más claramente. Esta reinvención del eje que une la Sourcefountain, Lovejoy plaza, Pettygrovepark y el Auditoriumforecourtactualmente Ira Kellerfountain-, donde niega la consabida linealidad y está considerada como una de sus obras maestras, deviene ejemplar desde el punto de vista de la exposición de la estrategia del movimiento.
Movimiento como sistema de espacios abiertos.
La primera acepción del movimiento legible en la obra de Halprin sería la que provoca una concatenación de espacios. Crear un ritmo urbano, con alternancia de espacios sensoriales, materializa el movimiento. Comenzando en la simbólica Sourcefountain, una fuente como representación del inicio de algo, conectando con un espacio de recreo (Lovejoy plaza), pasando por otro de tranquilidad (Pettygrovepark) para acabar nuevamente en recreo (Auditoriumforecourt), incluso extendiéndose más allá de su obra proyectada (New transitmall).
El movimiento como un sistema de espacios abiertos, convierte el eje de Portland en una infraestructura verde de la ciudad. Un movimiento que se produce a escala urbana, mediante el cual Halprin deviene -con permiso de Frederick Law Olmsted- en pionero de las actuales infraestructuras verdes, tan reclamadas en el diseño urbano actual.
Movimiento como proceso de diseño inconcluso.
El movimiento, entendido como el cambio que se le supone a la concepción del paisaje, sería la segunda acepción en la obra de Halprin. Es el movimiento del escenario -siguiendo con el lenguaje de la coreografía-, esta vez es el lugar el que cambia de luz, de colores, de olores y de sonidos. Un proceso que consigue el dinamismo del paisaje.
Lawrence Halprin entiende el proyecto de paisaje como un proceso de diseño que nunca acaba, que nunca puede acabar, dado que el escenario está vivo y debe mutar y cambiar. Frente a cualquier intento de detener el proceso, obteniendo una fotografía de un lugar, propone siempre un diseño inconcluso que supone una experiencia.
Movimiento como naturaleza.
Otra de las formas de materializar el movimiento utilizadas por Halprin es la abstracción de los procesos naturales. Representar los elementos de la naturaleza de una forma abstracta -y por ende moderna- lleva al usuario a moverse en el paisaje creado de una nueva forma.
En el caso de Portland consiste en “traer la experiencia de la roca y el agua del paisaje de montaña para aquéllos viviendo en ciudades de ladrillo y estuco, para que puedan compartir la experiencia de la naturaleza, aunque de una forma fabricada”.
Mientras la abstracción de las montañas de la sierra se muestran en las piezas en abanico de la fuente de Lovejoy y más claramente en las grandes plataformas de hormigón de Ira Keller, en Pettygrove (en colaboración con Satoro Nishita) se materializan como una representación de los jardines japoneses y con un juego de ondulaciones calificado como antecesor de los paisajes artísticos de Peter Walker y Martha Schwartz.
Especialmente clara es la manifestación del movimiento del agua a lo largo de todo el sistema de espacios abiertos. Empezando por el simbolismo del agua en la inicial fuente de la SourceFountain con sutil sonido, pasando por cascada erosionada de Lovejoy con un ambiente in crescendo (proyectada junto a Charles Moore) hasta la desbocada final de Ira Keller (ideada junto a Angela Danadjeva).
Es en la maximización del movimiento del curso del agua el hecho que lleva a Halprin a ser también pionero en la fusión del espacio con la fuente, creando la plaza-fuente como un nuevo lugar de ocio.
Movimiento como uso del espacio.
Sin embargo, el movimiento no se produce sólo en el escenario, Halprin motiva el discurrir de los usuarios para percibir y vivir de otra forma el paisaje.
Desde su bagaje personal, con la gran influencia de su esposa, la coreógrafa y bailarina Anna Shuman, presenta el lugar proyectado como un escenario, donde las personas son parte activa del mismo. Exploran, interactúan y viven el lugar. En palabras del propio Halprin, “como en un escenario teatral, el paisaje necesita que el proyecto interactúe con los movimientos y actividades de las personas que están dentro de él. Ambos son mutuamente interdependientes”.
Mediante ese movimiento, se fractura el estatismo del paisaje establecido, cambiando visión por experiencia, linealidad academicista por espacio total moderno.
Movimiento como participación ciudadana.
Enmarcado en los años 60 americanos, con un movimiento de contracultura y protesta participativa, otra forma de expresión del movimiento en la obra de Halprin es precisamente la participación del usuario desde la concepción del proyecto.
Transformar al ciudadano observador en ciudadano participativo y entender el diseño como participación de los usuarios será una de las formas creativas empleadas por el estudio de Lawrence Halprin. Desde sus talleres de take-part-process, en los cuales involucraba no sólo a las personas interesadas directamente, sino también a las personas responsables de su implementación y mantenimiento, haciéndoles moverse por el emplazamiento para recibir las experiencias sensitivas del lugar, hasta sus -más complejos- RSVPCycles6 (Iniciales de Recursos, Objetivos, Valuacción -valor+acción- y Representación en sus siglas en inglés), Halprin vuelve a ser pionero en la democratización de entender el proceso como parte de la sociedad.
Conclusión.
En definitiva, la forma de entender el proyecto del paisaje de Lawrence Halprin estableció las bases del paisajismo moderno, desde la gran escala con la concatenación de espacios para posibilitar corredores verdes y entendiendo los procesos naturales desde su representación abstracta, hasta la escala del ser humano, como parte activa del paisaje en su utilización y en la participación de su concepción.
Halprin legó unas obras de arquitectura del paisaje a las cuales es necesario volver -aunque sea en el campo teórico- para reencontrarse con la forma de proyectar el paisaje moderno. Y la secuencia de espacios abiertos de Portland suponen, con el movimiento como eje conductor, su obra paradigmática.
Indiscutiblemente, como afirmó Peter Walker, “Halprin sigue siendo una figura contra quienes otros inevitablemente se medirán”.
Autores: Elisabet Quintana y Javier Rivera
Fuente: https://www.paisea.com/wp-content/uploads/PAISEA-31-ART-2-.pdf
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